Carnaval de abusos y corrupción en Tepoztlán

Cuando menos en la última década la fiesta popular de carnavales en el municipio de Tepoztlán, sobre todo por contar con la insignia de “Pueblo Mágico”, es cuando más se presentan los abusos y costumbres de sus habitantes y residentes con quienes acuden a estos eventos. No obstante que todo el año la localidad es una auténtica cantina, con la complacencia del presidente municipal en turno, las comparsas y barrios tepoztecos suelen organizar las fiestas sin que al ayuntamiento entre un solo peso Este año, durante la celebración del carnaval en Tepoztlán no será la excepción el los abusos y costumbre de los organizadores, elementos policíacos, restauranteros y demás contra el visitante. La derrama económica que deja la fiesta popular es de más de 100 millones de pesos, durante los cuatro días, tampoco llega a las arcas del gobierno estatal, porque todo es para los organizadores. Sin embargo, al igual que los comuneros tepoztecos exigen seguridad pública, desplazamientos de elementos, del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, cuando son ellos quienes provocan las riñas con los visitantes. El abuso de los empresarios y habitantes de Tepoztlán está en el cobro de estacionamientos, de comida y en la renta de habitaciones, cuando el carnaval hace que la localidad sea la cantina más grande del estado de Morelos. Los elementos de vialidad se convierten en verdaderos extorsionadores del turismo, al igual que sus cuatro policías locales quienes exigen cantidades exageradas a quienes acuden al carnaval, para evitar llevarlos a su comandancia en donde las multas, al menos el año pasado, eran de 20 mil a 25 mil pesos y las tasó el juez cívico, pero sin otorgar recibos y aún es desconocido si el dinero ingreso a la Tesorería Municipal. Así el mes de febrero habrá otra fiesta popular en Tepoztlán que será de abusos y corrupción, en la que ganarán todos y el sacrificado será quien acuda a la localidad, para regresar a su domicilio sin ganas de visitar un pueblo que efectivamente es mágico, porque hasta las patrullas de la policía desaparecen.